- Tomate tiempo, date permiso para estar en duelo:
Tomate un tiempo para aceptar la pérdida de tu ser querido, tiempo para sentirte triste, para volver a sentir, para dar sentido a la pérdida. No hay razón alguna para ocultar el dolor y la tristeza que sentís.
- Expresá y compartí tus sentimientos:
Date permiso para hablar con tus seres queridos, expresar tus emociones, tus miedos y preocupaciones. Compartí tus sentimientos y tu tristeza. Hablá con tus amigos y familiares acerca de la persona que ya no está con vos y recordá con ellos los momentos buenos y malos que compartiste con la persona querida. No hay razón para ocultar el dolor; es más, éste disminuye y facilita el apoyo cuando se comparte. Escribir un diario o una carta de despedida te puede ayudar. Expresar por escrito tus sentimientos, emociones y recuerdos facilitará ir asumiendo, poco a poco, la realidad.
- No tomes decisiones precipitadas:
El duelo lleva su tiempo, por lo que es aconsejable que no intentes resolver muchos problemas a la vez. Es conveniente tomar decisiones importantes cuando hayas superado la confusión y recuperes la sensación de tranquilidad y paz. En este sentido, no es necesario que te deshagas de objetos o recuerdos de tu ser querido de una forma precipitada. Tomate el tiempo que necesites. Te puede ayudar a ir creando un “lugar de recuerdos” (una caja, un álbum, un cajón del armario…) en el que puedas tener todas las cosas que te recuerdan a tu ser querido y te permitan recordar determinadas cosas cuando vos lo desees.
- Pedí ayuda a los demás:
Si necesitas sentirte acompañado, pedí ayuda. A veces esperamos que los demás nos ayuden sin pedirlo, pero, en ocasiones, los que nos rodean, por respeto o por no saber qué pueden hacer ni cómo ayudar, no se atreven a acercarse y se mantienen al margen esperando que vos les digas cómo pueden ayudarte. Pedir ayuda no significa que seas más débil y además facilita la comunicación con los que te quieren, que en la mayoría de los casos están deseando ayudar y no saben cómo hacerlo. Deciles lo que necesitas y cómo te gustaría que te ayuden.
- Descansá y cuidate:
En los primeros meses, algunas personas presentan dificultad para dormir. Otras, sin embargo, necesitan dormir más horas de lo habitual. La falta o exceso de sueño agota y produce dolores de cabeza, tensión muscular, fatiga, irritabilidad y un estado de ánimo más decaído. Tratá de dejar tiempo para vos, para descansar, relajarte, pasear, cuidar tu alimentación y poco a poco irás recuperando un tono vital más elevado. Es conveniente no abusar del alcohol, el tabaco o los somníferos. No te automediques y consultá con tu médico en caso de que consideres que necesites tomar algún fármaco.
- Volvé a mirar la vida:
Tras sufrir la pérdida, podes sentir apatía, pereza y no tener ganas de hacer nada. A medida que vaya pasando el tiempo recuperarás el nivel de actividad habitual. Intenta ir retomando actividades que antes te gustaban, buscá pequeños espacios para vos y para compartir con los demás. Poco a poco tu vida se irá “normalizando”.
- Cómo afrontar las fechas importantes y los fines de semana:
Las navidades, los cumpleaños, aniversarios, fines de semana y vacaciones serán momentos especialmente dolorosos. Los recuerdos del ser querido pueden incrementarse y la sensación de soledad acentuarse. Es importante saber que el duelo cambia. Hay días buenos y días no tan buenos. Algunos días difíciles pueden anticiparse, como los aniversarios o cumpleaños. Para afrontar mejor estos días o períodos, podés tratar de programar actividades diferentes, mantenerte ocupado, buscar apoyo en los demás o invitar a personas cercanas para que vayan a verte. No obstante, también puedes reservar estas fechas para recordar a la persona querida, pensar y escribir acerca de lo que estás sintiendo. Aunque sea doloroso, te ayudará a avanzar en tu proceso.